lunes, 22 de enero de 2018

El dolor de espalda y las emociones

El dolor de espalda y las emociones:
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El estrés, nuestras preocupaciones, la ansiedad crónica nos pueden producir dolores de espalda, ya que sin querer sobrecargamos nuestro eje corporal: nuestra espalda.

¿Pero como afecta las emociones en nuestra espalda?

Pasar largas épocas con estrés, con miedos reprimidos derivan en dolencias en problemas de columna. ¿Pero como algo que se genera en nuestro cerebro puede tener impacto en nuestra columna? Las emociones producen cambios metabólicos en nuestro cuerpo, alteran nuestras hormonas y los neurotransmisores, nuestros niveles de cortisol en la sangre aumentan así como nuestro ritmo cardiaco generando cambios en nuestros órganos. Está aceleración en nuestro organismo se traduce en tensión muscular, los músculos se contraen y presionan los nervios y ligamentos.

Estas cambios o variaciones en nuestro eje principal (la columna) se traducen en dolores cervicales o lumbares que al final repercuten en nuestra vida diaria.

Dolor en la zona cervical
El dolor en la zona cervical se caracteriza por estar relacionado con estrés laboral y las preocupaciones, en ella se encuentra el soporte de la cabeza y el equilibrio de nuestro cuerpo. La carga laboral se traduce en exceso de trabajo en una misma posición (mala higiene posturas) o la perdida del equilibrio y armonía de movimientos en esa zona. Al no encontrar dicho equilibrio los grupos musculares se sobrecargan, obligando que otros músculos actúen, lo que se traduce en una tensión generalizada de esa zona, que algunas veces llega hasta nuestro cráneo. Esta zona necesita una adecuada flexibilidad muscular.

Dolor en la zona torácica
Es la llamada zona dorsal, que va desde la D1 a la D12, y que acoge gran parte de nuestra espalda, la región torácica y el corazón. Es una región muy relacionada con las emociones. Una persona decaída, con el ánimo bajo o entristecida tiende a tener la mirada baja y un eje corporal inclinado. La actividad física es limitada, con lo cual, nos pasamos mucho tiempo sentados, con un cuello proyectado hacia delante y con un diafragma que no funciona con la agilidad que debería. Todo ello deriva de ese eje postural incorrecto y de esa sobrecarga sobre la región dorsal.

Dolor en la zona lumbar
La zona lumbar de nuestra espalda van desde la L1 a la L5. Esta parte de nuestro cuerpo. Está unida a emociones relacionadas con los miedos, las ansiedades e incluso con la depresión. Las personas que suelen preocuparse mucho por los demás y que se descuidan a sí mismas. Se pasan mucho tiempo de pie, con movimientos nerviosos mientras que internamente tienen la sensación de que no van a llegar a todo, de que no van a quedar bien, de que no tienen tiempo para ellas mismas.

Nuestra emociones afectan nuestro cuerpo, y aunque muchos queramos negar la conexión entre el dolor y las emociones, lo cierto es que cuando nos sentimos preocupados y con ansiedad comienzan nuestras molestias. Existen otros factores que van más allá de una simple dolencia y que tan grande es nuestra preocupación. Si nuestro corazón se puede ver afectado por una emoción fuerte, como podemos obviar las otras partes del cuerpo. El estrés puede causar un problema gástrico y este a su vez nos obliga a estar encorvados, lo cual al estar en esta mala posición, al final resentirá nuestra espalda porque el dolor nos obligará a tener una postura incorrecta.

Pilates no solo trabaja, nuestro cuerpo, también trabaja nuestra mente liberando y enfocando nuestro objetivos de forma diferente. No tenemos un sistema para medir las emociones, pero lo que si es cierto es que la cara y la actitud de nuestros clientes es muy diferente cuando entraron la primera vez al Estudio que hoy en día, su sonrisa y agilidad lo dice todo y esta es la mejor prueba de como este maravilloso método puedo cambiar nuestra vida. 


Fuente: Mejor con Salud 

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