El dolor de espalda y las emociones:
El estrés, nuestras
preocupaciones, la ansiedad crónica nos pueden producir dolores de
espalda, ya que sin querer sobrecargamos nuestro eje corporal: nuestra
espalda.
¿Pero como afecta las emociones en nuestra espalda?
Pasar
largas épocas con estrés, con miedos reprimidos derivan en dolencias en
problemas de columna. ¿Pero como algo que se genera en nuestro cerebro
puede tener impacto en nuestra columna? Las emociones producen cambios
metabólicos en nuestro cuerpo, alteran nuestras hormonas y los
neurotransmisores, nuestros niveles de cortisol en la sangre aumentan
así como nuestro ritmo cardiaco generando cambios en nuestros órganos.
Está aceleración en nuestro organismo se traduce en tensión muscular,
los músculos se contraen y presionan los nervios y ligamentos.
Estas
cambios o variaciones en nuestro eje principal (la columna) se traducen
en dolores cervicales o lumbares que al final repercuten en nuestra
vida diaria.
Dolor en la zona cervical
El dolor en la zona
cervical se caracteriza por estar relacionado con estrés laboral y las
preocupaciones, en ella se encuentra el soporte de la cabeza y el
equilibrio de nuestro cuerpo. La carga laboral se traduce en exceso de
trabajo en una misma posición (mala higiene posturas) o la perdida del
equilibrio y armonía de movimientos en esa zona. Al no encontrar dicho
equilibrio los grupos musculares se sobrecargan, obligando que otros
músculos actúen, lo que se traduce en una tensión generalizada de esa
zona, que algunas veces llega hasta nuestro cráneo. Esta zona necesita
una adecuada flexibilidad muscular.
Dolor en la zona torácica
Es
la llamada zona dorsal, que va desde la D1 a la D12, y que acoge gran
parte de nuestra espalda, la región torácica y el corazón. Es una región
muy relacionada con las emociones. Una persona decaída, con el ánimo
bajo o entristecida tiende a tener la mirada baja y un eje corporal
inclinado. La actividad física es limitada, con lo cual, nos pasamos
mucho tiempo sentados, con un cuello proyectado hacia delante y con un
diafragma que no funciona con la agilidad que debería. Todo ello deriva
de ese eje postural incorrecto y de esa sobrecarga sobre la región
dorsal.
Dolor en la zona lumbar
La zona lumbar de nuestra
espalda van desde la L1 a la L5. Esta parte de nuestro cuerpo. Está
unida a emociones relacionadas con los miedos, las ansiedades e incluso
con la depresión. Las personas que suelen preocuparse mucho por los
demás y que se descuidan a sí mismas. Se pasan mucho tiempo de pie, con
movimientos nerviosos mientras que internamente tienen la sensación de
que no van a llegar a todo, de que no van a quedar bien, de que no
tienen tiempo para ellas mismas.
Nuestra emociones afectan
nuestro cuerpo, y aunque muchos queramos negar la conexión entre el
dolor y las emociones, lo cierto es que cuando nos sentimos preocupados y
con ansiedad comienzan nuestras molestias. Existen otros factores que
van más allá de una simple dolencia y que tan grande es nuestra
preocupación. Si nuestro corazón se puede ver afectado por una emoción
fuerte, como podemos obviar las otras partes del cuerpo. El estrés puede
causar un problema gástrico y este a su vez nos obliga a estar
encorvados, lo cual al estar en esta mala posición, al final resentirá
nuestra espalda porque el dolor nos obligará a tener una postura
incorrecta.
Pilates no solo trabaja, nuestro cuerpo, también
trabaja nuestra mente liberando y enfocando nuestro objetivos de forma
diferente. No tenemos un sistema para medir las emociones, pero lo que
si es cierto es que la cara y la actitud de nuestros clientes es muy
diferente cuando entraron la primera vez al Estudio que hoy en día, su
sonrisa y agilidad lo dice todo y esta es la mejor prueba de como este
maravilloso método puedo cambiar nuestra vida.
Fuente: Mejor con Salud
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